lunes, 30 de abril de 2012

HABICHUELAS CON ALMEJAS

Hay guisos que no importa comerlos en verano o invierno, lo importante es hacerlos para degustarlos. Porque no es necesario tomarlos excesivamente calientes, como es el caso de nuestras “alubias con almejas”.
Las alubias, absorben muy bien el sabor de los ingredientes que las acompañan durante el cocinado, por lo que resultan muy apropiadas para la preparación de guisos y potajes, en este caso las almejas le dan un sabor muy exquisito.
Con unos rápidos y sencillos pasos cocinaremos un plato que sorprenderá a nuestros comensales y a nuestro bolsillo.

Ingredientes:
300 gr de alubias blancas
1 zanahoria
1 pimiento verde
1/2 cebolla
3 clavos de especia
1 hoja de laurel
1/4 de kilo de almejas
2 dientes de ajo
unas ramitas de perejil
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
azafrán en hebra
una pizca de colorante alimenticio
sal

Elaboración:
Poner las habichuelas en remojo la noche anterior.

En una olla con agua ponemos la zanahoria, el pimiento, la cebolla con los clavos pinchados, así luego es muy fácil encontrarlos, la hoja de laurel y las habichuelas. Ponemos la olla a fuego medio, procurando que el agua cubra las habichuelas y que sea una ebullición lenta, para que las habichuelas no se rompan. Cuando empieza a hervir y se va consumiendo el caldo, le añado un poco de agua para asustarlas y que salgan bien tiernas; lo repito un par de veces más a lo largo de la cocción.

Estarán tiernas en unos 50-60 minutos aproximadamente, pero dependerá de la calidad de las habichuelas y de la dureza del agua.

Mientras tanto ponemos las almejas en agua con sal, durante media hora, para que suelten toda la tierra. Lavar bien.

Una vez que nos hemos asegurado que están bien, ponemos en la sartén el aceite, los ajos picados y el perejil y echamos las almejas con una pizca de sal. Tapamos y las dejamos hasta que se abran. Un par de minutos es suficiente y además han soltado todo el jugo. Reservar.

Durante el tiempo de cocción de las habichuelas las vamos mirando y si necesitan agua, le añadimos una poca; siempre deben quedar cubiertas, pero no nadando.

Cuando están tiernas sacamos la verdura: zanahoria, cebolla y el pimiento verde, la trituramos con la batidora y la incorporamos a la olla. (El laurel lo mantenemos en el guiso y los clavos de especie los desechamos).

Es el momento de probar y rectificar la sal. Añadimos unas hebras de azafrán machacadas en el mortero y una pizca de colorante alimenticio. Añadir las almejas con el jugo que soltaron y dejar hervir unos minutos para que ligue el caldo.

Apagar el fuego y dejar que repose el guiso unos minutos antes servir.

Buen provecho.

domingo, 29 de abril de 2012

ENSALADA DE PULPO

Si el pulpo lo compramos fresco, es recomendable congelarlo (recomendable al menos una o dos semanas) antes de cocerlo. De esta forma conseguimos que se rompa la fibra y quede más tierno.
Esta ensalada queda estupenda para tomarla bien fresquita. Los ingredientes de esta receta son muy básicos, pero la convierten en una comida ligera ideal.

Ingredientes:
1 pulpo (de 1 kg aprox.)
2 patatas medianas
1 cebolleta tierna
1 trozo de pimiento rojo
algunos tomates cherrys
perejil
sal gorda
pimentón dulce de La Vera
aceite de oliva virgen extra

Elaboración:
Descongelaremos el pulpo la víspera, dejándolo en el frigorífico. Ponemos a hervir una olla con agua y esperaremos hasta que el agua comience a hervir.

Entonces asustaremos al pulpo hasta tres veces, de la siguiente forma. Cogemos de la cabeza si está entero, introducimos en el agua hirviendo durante unos segundos y sacamos inmediatamente; esperamos a que vuelva a hervir el agua y volvemos a meter, sacándolo de la misma forma. Haremos una tercera vez lo mismo, y entonces meteremos y dejaremos cocer durante 30 minutos. Si el pulpo es más grande, deberemos tenerlo más tiempo.

Sacamos el pulpo cuando ya esté cocido y dejamos escurrir y enfriar.

Las patatas podremos cocerlas también con el pulpo, o podremos cocerlas por separado. De una u otra forma, sacamos al terminar la cocción y dejamos enfriar.

Una vez frías las patatas, le retiramos la piel, cortamos en rodajas, y vamos montando el plato, con las rodajas de las patatas, el pulpo troceado, la cebolleta picada, el pimiento rojo, también troceado y los tomates cherrys cortados en mitades. Espolvoreamos con la sal y el perejil, así como con el pimentón y rociamos con aceite de oliva.

Buen provecho.

ALBÓNDIGAS EN SALSA DE ALMENDRAS

Hay montones de recetas de albóndigas pero hay dos recetas que casi todo el mundo ha comido alguna vez: son las albóndigas con tomate y las albóndigas en salsa. Hoy vamos a ver esta última receta, aunque bien podría convertirse rápidamente en unas albóndigas con tomate quitando la salsa propuesta y añadiendo nuestra salsa de tomate favorita (a poder ser casera).

Con respecto a la carne que usé para las albóndigas empleé una mezcla al cincuenta por ciento (mitad y mitad) de carne de cerdo y de vacuno (ternera).

Las cantidades de ingredientes aquí expuestas son solo para 2 personas.

Ingredientes:
Para la masa de la albóndigas:
1 bandeja de 400 grs. de carne picada mixta (ternera y cerdo)
3 huevos
2 dientes de ajo
1 rebanada grande de pan
leche
perejil
azafrán
piñones (cantidad al gusto)
pimienta negra molida
sal, vino (2 cucharadas) y pan rallado
harina y aceite de oliva virgen extra (para freírlas)
Para la salsa:
1 pastilla de caldo de carne
1/2 litro de agua
1 puñado de almendras
1 diente de ajo
1 rebanada de pan
1 tomate
1 trozo de cebolla
Para la cocción:
1 chorreoncito de vino
1 hoja de laurel
una pizca de colorante alimenticio
agua y sal

Elaboración:
Unas horas antes, o la noche anterior prepararemos la carne para las albóndigas.

Para ello, colocar en un bol la carne, la rebanada de pan mojada en leche, los huevos, el majado de ajo, perejil y azafrán machacados en el mortero y diluido con dos cucharadas de vino, pimienta negra molida, piñones y sal. Mezclar bien y añadir algo de pan rallado (poco a poco) hasta conseguir una masa con la consistencia deseada que nos permita hacer bien las albóndigas. Dejamos en maceración varias horas o toda la noche dentro del frigorífico.

Cuando hayan pasado esas horas iremos haciendo las albóndigas con la mano. Después pasamos por harina cada bola y freímos en abundante aceite de oliva, a fuego medio. Cuando se hayan frito todas reservamos sobre papel absorbente para que suelten el exceso de aceite.

Ahora preparamos nuestra salsa de almendras. Lo primero es hacer un caldo de carne con 3/4 de litro de agua y la pastilla de caldo, rallada con un cuchillo. Dejamos hervir por espacio de 20 minutos a fuego suave y reservamos. Nos quedará aproximadamente 1/2 litro de caldo que vamos a utilizar para preparar la salsa.

Ponemos en una sartén con un poco de aceite las almendras, el ajo y la rebanada de pan. Freímos un poco y sacamos, poniéndolas en el vaso de la batidora. En ese mismo aceite pocharemos la cebolla picadita, y cuando se haya vuelto transparente, rallaremos el tomate y también lo añadiremos a la sartén. Sofreímos unos minutos. Sacamos y echamos en el mismo vaso donde tenemos las almendras. Trituramos todo.

Cogemos una cacerola y echamos el caldo de carne, añadimos el sofrito y removemos con una cucharada de palo. Añadimos un hoja de laurel, una pizca de colorante alimenticio, un chorreoncito de vino y una pizca de pimienta negra molida.

Cuando esté caliente añadiremos las albóndigas y rectificamos de sal. Dejamos a fuego medio hasta que espese la salsa. Si vemos que nos espesa mucho la salsa, añadiremos un poco de agua. Dejaremos durante unos quince minutos. Retiramos y servimos.

Opcional: servir con unas patatas fritas.

Buen provecho.

sábado, 21 de abril de 2012

ALCAUCILES EN VINAGRE

Llega la temporada de los alcauciles, hortaliza que cuenta con magníficas propiedades.
Los alcauciles, al igual que las alcachofas tienen propiedades diuréticas y digestivas: le permite al hígado aumentar la producción de bilis, que favorece la digestión de alimentos, reduce los niveles de colesterol al facilitar su expulsión del organismo y es un hepatorregenerativo, regenerando las células del hígado. También ayuda a la vesícula biliar, estimulando la producción de los jugos biliares, previniendo la formación de cálculos. Es esta riqueza en ácidos le permite ser un diurético con alto contenido en fibras y bajo en grasas, siendo recomendado así recomendado para las personas con diabetes ya que baja los niveles de azúcar en la sangre.

Ingredientes:
1 kg. de alcauciles
2 cebolletas
30 granos de pimienta negra
1 chorreón de aceite
1 chorreón de vinagre
agua
sal

Elaboración:
Cortar los tallos de los alcauciles y lavar bien. Poner a cocer en una cacerola amplia con una cebolleta partida por la mitad, los granos de pimienta y sal. Debe tener abundante agua, ya que después los conservaremos en el mismo caldo de cocción.

Una vez cocidos (30-45 min. aproximadamente, dependiendo de que sean de los primeros o últimos de la temporada; lógicamente, los primeros son más tiernos y necesitan menos cocción), dejar enfriar y quitar los dos medios trozos de cebolleta.

Pasar los alcauciles a un bol donde los vayamos a conservar. Añadir al caldo de cocción un chorreón de aceite, otro de vinagre y picarle la otra cebolleta. Rectificar de sal y verter sobre los alcauciles.

Meter en el frigorífico y dejar reposar un día para que tomen el sabor.

Buen provecho.

TOSTA DE JAMÓN SERRANO, ESPÁRRAGOS VERDES Y HUEVOS DE CODORNIZ

Una tosta con jamón serrano, espárragos verdes y huevos de codorniz que se prepara en cinco minutos y que queda muy rica. Podéis presentar la tosta entera o cortarla en dos o tres porciones (será más fácil de comer). Es una receta muy fácil de preparar. ¡Animaos a prepararla!

Ingredientes: (para 2 tostas)
2 rebanadas de pan grande (mejor si es buen pan de leña)
4 espárragos verdes gruesos (o bien 8 de mediano grosor)
4 huevos de codorniz
1 tomate bien maduro (rojo y tierno)
4 lonchas de jamón serrano
aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta

Elaboración:
Coge las dos rebanadas de pan y tuéstalas (en una tostadora, en la sartén o donde prefieras).

Pon sobre las tostadas el jamón serrano, mejor si lo cortas en trozos, así será más fácil de comer después.

Pela el tomate y quítale las semillas. Pícalo muy fino (como si estuvieras picando un ajo) y repártelo sobre el jamón.

Pon los espárragos a cocer en agua con una cucharada pequeña de sal hasta que estén tiernos. Cuando estén en su punto enfría rápidamente para que guarden algo de textura (que queden un poco al dente) o si los prefieres muy tiernos pasa del agua fría. Ponlos sobre el tomate y el jamón.

Ahora le toca el turno a los huevos de codorniz. Ábrelos y ponlos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva (muy poco aceite, más que freír los hacemos como a la plancha). Cuando la clara cuaje sácalos y coloca un par de huevos sobre cada tosta.

Por último añade una pizca de sal a cada huevo y un poquito de pimienta.

Buen provecho.

domingo, 15 de abril de 2012

CONEJO AL AJILLO

El conejo es una de las carnes menos utilizadas en nuestra dieta. Sin embargo, la carne de conejo es muy valorada por sus propiedades nutricionales y dietéticas. Es una carne magra, con un bajo contenido de grasa y con menor contenido en ácidos grasos saturados y colesterol que otras carnes. Por su composición nutritiva, la carne de conejo está recomendada en caso de seguir dietas bajas en colesterol y en caso de trastornos cardiovasculares.
El conejo al ajillo es uno de los platos que nos gustan comer en familia. Cada uno se va sirviendo según sus preferencias, pero al final siempre queda la cazuela bien rebañada.
El punto que lo hace diferente, es la utilización del tomillo andaluz para mí el mejor de todos; da un gusto increíble.

Ingredientes:
2 conejos cortados a trocitos (si nos gustan también los hígados, riñones y cabezas)
dientes de ajo en abundancia (12-14)
1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra
1 vaso de vino blanco
hojas de laurel (6-8)
unas ramitas de tomillo andaluz
sal
pimienta negra molida

Elaboración:
Limpiamos y cortamos en trocitos el conejo. Salpimentar.

En una cazuela amplia con abundante aceite de oliva vamos friendo el conejo todo a la vez.

Cuando empiece a dorarse incorporamos el ajo (en dientes sin pelar y si son muy grandes partidos por la mitad) y a continuación el vino blanco.

Una vez que los ajos empiecen a ablandarse añadimos el tomillo, las hojas de laurel y rectificamos de sal.

Si vemos que se nos queda seco durante la cocción podemos añadir un poco de agua.

El plato esta hecho cuando el conejo esta dorado, crujiente y los ajos caramelizados sin quemarse.

Preparamos unas buenas barras de pan de pueblo y a mojar. El aceitito con los ajitos están "de rechupete".

Buen provecho.

sábado, 7 de abril de 2012

CROQUETAS CASERAS DEL COCIDO


Bueno, no es una receta muy original, pero como en cada casa la preparan de una forma distinta, me dije, pues voy a enseñarles cómo hago las croquetas con las sobras del cocido. Cuando quiero hacerlas pongo más carne de la cuenta para que sobre (pollo, morcillo, jarrete, etc.) y claro, se aprovechaba al día siguiente.

Las cantidades para esta receta va un poco a ojo, pues nunca sobra la misma cantidad de cocido y nunca las he medido. Pero si os fiáis de mi y seguís las indicaciones, seguro que no os fallan.

Ingredientes:
350 gr de carne sobrante del cocido (pechuga o muslo de pollo, morcillo...)
1/2 vaso (de los de vino) de caldo del cocido
2 dientes de ajo
1/2 cebolla
una ramita de perejil
aceite de oliva virgen extra
1/2 litro de leche
3 cucharadas de harina
una pizca de nuez moscada
1 cucharadita de maicena
2-3 huevos
pan rallado

Elaboración:
En una sartén con aceite freímos la cebolla y los ajos cortados muy finamente. Cuando estén dorados le añadimos la carne del cocido desmenuzada y picada y un poco de nuez moscada; mezclamos bien todos los ingredientes, añadimos el perejil picado y reservamos.

Seguidamente hacemos una bechamel. En una cazuela o sartén amplia, con 5-6 cucharadas de aceite caliente echamos la cebolla muy picadita y sofreimos hasta que se dore. Añadimos tres cucharadas de harina y rehogamos, moviendo sin parar para que no se nos queme. A continuación añadimos le leche (reservaremos en un vaso dos dedos de leche que vamos a emplear después) y removemos bien comprobando que no se formen grumos.

Dejamos que hierva un poco, removiendo a menudo y añadimos la carne que teníamos reservada y también el caldo del cocido. Remover y dejar que siga hirviendo a fuego suave.

Mientras tanto, diluimos en la leche que hemos reservado una cucharadita de maicena, que iremos añadiendo poco a poco dándole el punto de espesor (si es preciso, añadir algo más de maicena).

Conseguido el espesor, con la consistencia que nos permita formar bien las croquetas, apartar, extender la masa sobre una fuente plana y amplia y dejar enfriar. El punto de espesor es que la masa se despegue de la sartén al removerla.

Es aconsejable tapar con film de cocina esta masa para que la capa superior no se quede custrida al enfriarse.

Una vez fría la masa, hacer las croquetas, pasar por huevo y pan rallado y freír en una sartén con aceite. Las que no vayamos a consumir, las congelamos.

Sugerencia: Yo, a veces, le pico y añado también un poco de jamón serrano.

Buen provecho.

COCIDO DE GARBANZOS


Este es un cocido de garbanzos hecho de un modo muy, muy sencillo; como todos los platos que preparaba mi madre. Yo lo sigo preparando igual de fácil para mi familia.

Es un plato muy apetitoso y completo que nos va a permitir mucho juego en la mesa, ya que entre otras combinaciones si queremos podemos tomarlo como, un “Tres en uno” o como un “Dos por uno”, e incluso como un “Tres por uno”.

Tres en uno: Servimos como plato único con el caldo, los garbanzos y la carne y verdura a la vez.
Dos por uno: Tomamos de primero una sopa hecha con el caldo y un puñado de fideos o unas rebanadas de pan y de segundo los garbanzos, verdura y carne.
Tres por uno: Tomamos de primero un caldo o una sopa hecha con el caldo y unos fideos o unas rebanadas de pan, de segundo los garbanzos escurridos y la verdura aderezados con una vinagreta suave (un chorreoncito de aceite y de vinagre y una pizca de sal; solíamos aplastar previamente los garbanzos con el tenedor y después mezclar con el aderezo), y para acabar un tercer plato con la carne.

En nuestra tierra, Jaén, se preparan infinidad de cocidos de garbanzos teniendo como variantes las carnes (pollo, gallina, ternera, cordero, cerdo, diferentes clases de tocinos y salazones…) y de verduras (zanahorias, judías verdes, calabaza, puerro, patata, berza, acelgas…).

Este es el cocido que yo suelo preparar en casa y que, como veréis por los ingredientes, se ajusta a todos los bolsillos. Lo hago en la olla express, con lo cual ahorro bastante tiempo respecto a la cocción en una olla o puchero convencional. ¡El tiempo es oro!

Ingredientes para 4 personas:
500 gr. de garbanzos
1 muslo de pollo (muslo y contramuslo) y 1 pechuga
2 tiras de panceta fresca
2-3 zanahorias
2 tiras de panceta fresca
un puñado de judías verdes
1 patata grande
1 hueso para cocido (cañadilla)
1 trozo pequeño de tocino añejo (sustancia)
2 litros de agua
sal
una pizca de bicarbonato

Elaboración:
La noche anterior ponemos en remojo los garbanzos. Para ello, los lavamos un par de veces en agua caliente, frotándolos ligeramente y cambiándoles el agua. Realizada esta operación, los dejaremos durante 12 horas en agua caliente y una pizca de bicarbonato.

En el momento de cocinarlos, tiramos el agua del remojo y los volvemos a lavar en agua templada. Escurrir y echar en la olla express.

Añadimos el resto de ingredientes, igualmente bien lavados: la carne, el tocino fresco (panceta), la patata, zanahorias y judías, partidas en trozos, el hueso y la sustancia (tocino añejo). Poner un poco de sal y cubrir bien de agua.

Poner al fuego con la olla abierta y cuando comience a hervir, espumar bien (varias veces, durante 10-12 minutos, hasta que el caldo quede claro).

Cerrar la olla y cocinar durante 50 minutos desde que comience a silbar la pesa. El tiempo de cocción dependerá de la calidad de los garbanzos (que sean más o menos tiernos) y del agua (más o menos dura).

En ocasiones, suelo añadir algo más de carne para que sobre y hacer al día iguiente unas deliciosas croquetas caseras.

Buen provecho.

miércoles, 4 de abril de 2012

BACALAO CON TOMATE

En el transcurso de los siglos, el bacalao se ha expandido desde los fríos mares del norte hasta África, pero los primeros que practicaron su pesca fueron los vikingos, que capturaban los bacalaos de las generosas aguas de las islas Lofoten y, para conservarlos, los desecaban exponiéndolos al gélido y seco aire del norte, transformándolos en bacalao seco. Fue un mercante veneciano, Piero Querini, el primero en explicar el método de pesca y conservación del bacalao que practicaban los pescadores de Lofoten, que lo habían hospedado después del naufragio de su nave en 1431.
La práctica de conservar el bacalao en sal se debe, en cambio, a los vascos, que fueron conducidos hasta las pródigas aguas de Grand Banks (enormes reservas de bacalao a lo largo de Terranova y de Labrador) arrebataron el monopolio de esta pesca a los pueblos nórdicos e introdujeron el bacalao en el área mediterránea.
(Presentación del libro ¡BACALAO! de Giovanni de Biasio).

Plato de Cuaresma que en mi casa se solía comer el Viernes Santo, delicioso y muy indicado para tener el pan al lado. He añadido algunos ingredientes como las pasas, piñones y huevos de codorniz.
Aunque hoy en día eso de la abstinencia (de comer carne) no se practica mucho, yo os digo que no es ningún sacrificio si se tiene un plato como este delante.

Ingredientes:
800 gr de bacalao desalado cortado en trozos
1 cebolla
6-8 tomates maduros (o una lata de 500 gr de tomate triturado)
1 zanahoria
pasas y piñones
3 dientes de ajo
unas ramitas de perejil
4 huevos duros de codorniz
harina
sal y pimienta
un poquito de coñac
aceite de oliva virgen extra

Elaboración:
Poner las pasas a remojo con el coñac, que las cubra.

En una sartén dorar los piñones. Reservar.

Añadir aceite en esa sartén y dorar los ajos pelados. Reservarlos en un mortero.

Enharinar los trozos de bacalao y freírlos dorarlos. Reservar.

Colar el aceite utilizado para dorar el bacalao, ponerlo de nuevo en la sartén a la que incorporaremos la cebolla y la zanahoria muy picadas, salar y pochar unos 8 minutos.

Incorporar los tomates pelados, despepitados y troceados muy menudos, salpimentar y dejar hacer el sofrito unos 30 minutos a fuego lento hasta que se espese la salsa.

Agregar el bacalao reservado, un vasito de agua, tapar y dejar cocer todo el conjunto unos 10 minutos.

Agregar las pasas con el coñac, los piñones y los ajos que habremos machacado en el mortero junto con un poco de perejil.

A los 5 minutos rectificar de sal y añadir los huevos duros partidos.

Apagar el fuego y ¡listo para servir!

Buen provecho.

martes, 3 de abril de 2012

SEPIA GUISADA CON ARROZ TRES DELICIAS


Ingredientes (para 4 personas):
2 sepias
1 bolsa de arroz tres delicias congelado
1/2 cebolla
4 dientes de ajo
2 pimientos verdes
1/2 pimiento rojo
2 tomates
1 vaso de jerez
1 vaso de agua
aceite de oliva virgen extra
sal
unas hebras de azafrán
una pizca de colorante alimenticio

Elaboración:
Corta dos dientes de ajo en láminas y ponlas a dorar en una olla rápida con 4 cucharadas de aceite. Añade la cebolla, el puerro y los pimientos, todo bien picadito. También el tomate pelado y cortado en dados. Sazona y rehoga durante 5 minutos.

Limpia bien las sepias (pela todas las telillas por dentro y por fuera y desecha las aletas). Córtalas en trozos, sazona e incorpóralos a la olla. Rehoga otros dos minutos y vierte el vino de Jerez (o en su defecto, vino común de mesa), el agua y adereza con unas hebras de azafrán, una pizca de colorante y otra pizca de sal. Cierra la olla y deja que se guise durante 15 minutos a fuego suave, a partir del momento que comience a silbar la olla.

Pon una sartén al fuego con una cucharada de aceite, vierte el contenido de la bolsa de arroz tres delicias y saltea hasta que empiece a descongelar. Sazona y sigue salteando hasta que esté en su punto.

Sirve el arroz ayudándote de un molde. Coloca en el fondo una hoja de perejil. Cubre con arroz, apretándolo un poco, y vuelca en el centro de una fuente. Coloca a su alrededor la sepia guisada y sirve.

Buen provecho.

lunes, 2 de abril de 2012

ENSALADA DE PIMIENTOS ROJOS ASADOS

Una ensalada deliciosa que además se puede preparar con mucha antelación. Sirve como ensalada sola, acompañada de unas rodajitas de pan tostado, o como un buen acompañamiento para un plato de carne o pescado.

Ingredientes:
3 pimientos rojos para asar
1 trozo de cebolla
1 huevo cocido
aceite de oliva virgen extra
vinagre
sal

Elaboración:
Lavar bien los pimientos y poner a asar en la bandeja del horno por espacio de 45 minutos (aproximadamente), a 220º, dándole la vuelta a la mitad de la cocción. No obstante, vigilar la cocción ya que no todos los hornos funcionan de la mima manera.

Transcurrido el tiempo, sacar del horno y tapar con papel de aluminio para que suden. Así quedarán más jugosos y se pelarán mejor.

Una vez templados, limpiar de piel y pepitas y cortar en tiras que iremos poniendo en una ensaladera.

Añadir la cebolla cortada en juliana, tres cucharadas de aceite, una de vinagre, dos o tres cucharadas del jugo que los pimientos han soltado al sudar, el huevo cocido picado y sal. Remover y reservar en la nevera un par de horas antes de servir. Así se mezclarán mejor los sabores.

Opcional: En mi tierra, en Jaén, es costumbre añadir (cuando se tiene a mano) unos trocitos de bacalao, previamente desalado, desmigado y limpio de espinas, asado ligeramente en una sartén.

Buen provecho.

DORADA AL HORNO

La dorada es un pescado blanco semigraso que podemos encontrar en los mercados durante todo el año a precios asequibles, pues se cultiva en cautividad. En estado salvaje su mejor época son los últimos meses del año (de septiembre a diciembre), pero su precio es muy superior.
La dorada es un alimento muy saludable, que nos aporta 70 Kcal/100gr, numerosas proteínas de alto valor biológico, omega 3 y gran cantidad de minerales como potasio, magnesio y fósforo.
Se digiere fácilmente y si la acompañamos de una guarnición ligera, a base de verduras, se convierte en un plato sano, equilibrado y muy apetecible, como ya os presenté en la receta Dorada a la plancha con judías verdes y tomate concassé.

La receta que hoy os traigo es un plato clásico que se prepara de manera simple con patatas, tomates y cebollas, al horno. Es la forma de preparar la dorada que más nos gusta en casa.

Ingredientes:
4 doradas en filetes (2 filetes por comensal)
1 cebolla
3 patatas medianas
2 tomates
2 limones
perejil
aceite de oliva virgen extra
1 vasito de vino blanco
sal
pimienta negra molida

Elaboración:
Pon el horno a calentar (180º arriba y abajo).

Pelar las patatas y cortar a rodajas no muy finas. Sazonar y freír ligeramente en aceite (sin llegar a hacerse), escurrir y colocar en una bandeja de horno.

Cortar igualmente en rodajas los tomates (bien lavados y sin pelar), la cebolla y un limón, y colocar sobre las patatas. Rociar todo con un chorreón de aceite, un chorreón de vino, el zumo de 1/2 limón y medio vasito de agua. Sazonar y espolvorear con perejil picado. Meter en el horno (a 180ºC, previamente precalentado), por espacio de 20 minutos.

Mientras tanto, limpiar y lavar bien las doradas, quitar las vísceras y la cabeza y sacar los filetes (esta operación podéis pedir que os la realicen en vuestra pescadería).

Transcurridos los 20 minutos de horno, sacar la bandeja y colocar encima los filetes de dorada, previamente salpimentados, con la piel hacia arriba. Rociarlos con un chorreón de aceite y perejil picado y medio vasito de agua.

Meter nuevamente al horno hasta que se hagan los filetes (aproximadamente 15 minutos). Si ves que te quedas sin líquido en la bandeja durante el horneado de las doradas abre el horno un momento y echa en la bandeja otro medio vasito con agua (solo agua). De esta manera, dispondremos al final de la cocción de un poco de salsa para rociar los filetes.

Pasado este tiempo, sacar del horno.

En el momento de emplatar quitaremos la piel a los filetes. Esta operación es sumamente fácil: levantar un poquito la piel con ayuda de un tenedor y tirar suavemente de ella (sin quemarse); comprobaréis que se va desprendiendo sola. Disponer en cada plato dos filetes, acompañando con unas cuantas patatas panaderas y decorando con una o dos rodajas de tomate y otra de limón. Salsear el caldo restante en la placa del horno y poner una cucharada sobre cada filete. Servir inmediatamente.

Buen provecho.